No fue algo que tuviese pensado, la verdad que mi primer cuento surgió de un trabajo final de un curso con el que me estaba formando. En ese momento estaba intentando escribir mi primera novela y la paré por la historia de mi primer cuento.
En cuanto lo acabé para aquel trabajo, me di cuenta de que podría tener potencial; pero no lo mandé al curso, sino que me decidí por autopublicarlo al igual que quería hacer cuando lograse acabar mi primera
novela.
Me gustó tanto que antes de publicar «Recuerdos hasta un… Nosotros», ya tenía dos cuentos infantiles autopublicados: «El gran sueño de Amapola» y «¿Eres El Coco?».
Fue la mejor decisión que pude tomar porque cuando un niño o una niña me dice que le gusta cómo escribo y mis historias, me alegra el día ya que ellos lo dicen sin tapujos.
Ahora no podría estar sin escribir para los más pequeños de cada casa, además de escribir para adultos.